martes, 10 de agosto de 2010


Tsss la textura…

El fulanito tiene un brincolín en casa, es como un calzoncito con resortes que sujetamos del techo y metemos al fulanito para que practique sus primeros pasos. Al principio el chamaco corría como haciendo un círculo pequeño mientras se impulsaba con un pie y con otro frenaba para comenzar a correr del otro lado. Este aparatejo resultó ser buenísimo para que el chamaquito hiciera ejercicio y a la vez lo pudiéramos dejarlo en un lugar seguro mientras realizamos otras cosas en casa.

Pero este gusto nos duró muy poquito, el fulanito descubrió que al impulsarse con un solo pie el artefacto da vueltas en su propio eje, le resultó más divertido ver como se mueve todo a su alrededor que dar solamente vueltas mientras intentaba correr. Así el fulanito da vueltas de diferentes maneras, rápido o lento dependiendo de los ánimos en los que se encuentre. Se encarrera y comienza a moverse con un sólo pie mientras gira, primero va despacio pero ya que le agarró la onda y se aburrió de tan poco movimiento aumenta de intensidad hasta que de plano queda girando rapidísimo y el pie ya no le da para seguirse impulsando o para frenarse.

Ha encontrado diferentes modalidades de acomodo para disfrutarlas, a veces deja caer los bracitos hacia delante junto con la cabeza y supongo se clava viendo como se mueven las líneas del tapete sobre el cual se encuentra dando esa cantidad de vueltas. Otras veces recarga la cabeza sobre uno de los brazos y trata de ver como las cosas pasan una y otra vez, sólo alcanzamos a ver el movimiento de sus ojitos tratando de captar lo más posible a su alrededor. Pero la mejor de todas estas versiones de dar vueltas es cuando el chamaquito ya bien encarrerado levanta los piecitos, abre los brazos hacia los lados y coloca la cabeza hacia atrás mientras el brincolín este da vueltas sin parar y bastante rápido así el fulanito se clava en el movimiento de las argollas que sujetan su juego.

A mi me da mucho pendiente que gire tanto y con esa intensidad porque alguna vez cuando me fui a alfabetizar le dimos tantas vueltas a un niño que cuando lo dejamos en el piso el pobre no podía pararse, nos dio mucho pendiente porque creímos que lo habíamos "descompuesto"… así que no quiero que le pase lo mismo al fulanito por eso trato de cuidarlo y de repente lo enfreno y trata de hacer que camine o patee algún juguete o a enseñarle a que brinque. Aún con todo y todo es impresionante que el chamaquito este vaya construyendo diversas versiones para observar el mundo que lo rodea, que ponga tanta atención y se clave tanto en lo que ve y por supuesto en lo que siente…yo lo seguiré cuidando porque no quiero que se me descomponga dando vueltas a lo loco.



No hay comentarios:

Publicar un comentario